Mercurio ha sido estudiado recientemente por la NASA a través de la sonda Messenger.

El planeta más cercano al Sol guarda secretos en cuanto a su composición. Luego de una estadía de tres meses en su órbita la nave enviada revela nuevos detalles.

BBC Mundo reporta que el planeta en cuestión está cubierto de cráteres que esconden altos niveles de azufre. Su carácter volcánico agita el material sulfúrico a partir de torbellinos de energía.

El objetivo de la agencia espacial estadounidense se explicita en su sitio web donde se afirma que esta última exploración permitió dar con indicios clave acerca de la composición química y la evolución geológica de Mercurio.

Los cráteres llamaron la atención de los agentes de la NASA no sólo por su abundancia, sino por los depósitos secretos que alberga en sus profundidades. Los huecos tienen tamaños dispares que van desde los cien metros hasta varios kilómetros, además están bordeados por una sustancia que tiene la capacidad de refractar la luz.

A diferencia de la superficie lunar, también cubierta por cráteres, el planeta no posee rocas de feldespato sino grandes concentrados de calcio, aluminio, magnesio y silicio. El azufre predominante hace a la naturaleza volcánica del astro.

La región norte es baja y parece contener depósitos de hielo en su base. Sin embargo, el dato más interesante que recabaron los astrónomos atañe a las intensas ráfagas de energía producidas en el campo magnético por la interacción entre la magnetosfera del planeta y los vientos solares.

Si hay algo que no es tan popular es el excepcional fenómeno de los amaneceres dobles. El Sol sale, se detiene y vuelve a esconderse para volver a emerger en un recorrido sideral. Esto es Mercurio.

¿Qué más ocultará el planeta más pequeño del Sistema Solar?

Foto: albertanoameric.blogspot.com

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