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Moscú/Nueva York.- Las Naciones Unidas, Estados Unidos, la Unión Europea y numerosos países latinoamericanos, entre ellos México, condenaron los dos atentados del lunes en el Metro de Moscú, que dejaron al menos 38 muertos y 64 heridos, y expresaron su “solidaridad” con Rusia en la lucha contra el terrorismo.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, condenó “enérgicamente los dos atentados”.
El Consejo de Seguridad también hizo lo propio. “Los miembros del consejo condenan en los más enérgicos términos los atentados” en Moscú y consideran que se trata de “actos de terrorismo odiosos”, declaró el embajador de Gabón, Emmanuel Issoze-Ngondet, quien preside esa instancia en marzo.
A su vez, el presidente de EU, Barack Obama, telefoneó a su par ruso, Dmitri Medvédev, para presentarle sus condolencias y le expresó que Estados Unidos está listo para colaborar en la investigación. Autoridades rusas vincularon de inmediato a grupos insurgentes islamistas del Cáucaso como autores del crimen, realizado por dos mujeres que llevaban los explosivos en el cuerpo. Medvédev aseguró que su gobierno seguirá combatiendo el terrorismo, y ordenó reforzar la seguridad en los transportes de todo el país.
“La política de represión del terror y de lucha contra el terrorismo continuará. Proseguiremos con las operaciones contra los terroristas”, dijo Medvédev, citado por las agencias de noticias rusas, en una reunión de emergencia convocada tras los atentados.
A su vez, la secretaria de Estado de EU, Hillary Clinton, dijo que la “mayoría de las actividades terroristas que se ven en el mundo” son “el enemigo común”.
Desde Gatineau, Canadá, donde se encuentran reunidos, los cancilleres del Grupo de los Ocho (G-8) “condenaron enérgicamente” los atentados, al inicio de dos días de negociaciones precisamente sobre los desafíos a la seguridad global.
Los dos ataques, los más sangrientos de este tipo cometidos desde 2004, también en el Metro de Moscú, dejaron según el último recuento oficial 38 muertos (además de las dos mujeres suicidas) y 64 heridos. El primer ministro Vladimir Putin prometió que “los terroristas serán aniquilados”, en tanto el canciller ruso, Serguei Lavrov, no descartó “una pista extranjera detrás de los atentados”.
El primer atentado tuvo lugar a las 07H57 locales (03H57 GMT), una hora pico, en un vagón de un tren detenido en la estación de Lubianka, situada a unos cientos de metros del Kremlin y muy cerca del edificio del Servicio Federal de Seguridad (FSB, ex KGB).
El segundo ocurrió en la estación Park Kultury, a las 08H36 (04H36 GMT), también en el centro de la capital. “Según los fragmentos del cuerpo de la suicida en la estación de Park Kultury, el explosivo estaba colocado al nivel de la cintura. La situación es igual en Lubianka”, dijo un vocero de la fiscalía de Moscú, Vladimir Markin.
El director del FSB, Alexandre Bortnikov, afirmó que las autoras de los atentados eran oriundas del Cáucaso Norte, región de Rusia mayoritariamente musulmana, escenario de una violenta insurgencia en los últimos años.
Una fuente en el seno de los servicios de seguridad indicó a la agencia Interfax que la identidad de las dos kamikazes y de las otras dos mujeres que las acompañaron hasta el Metro fueron establecidas gracias a los videos de vigilancia.
La policía rusa buscaba ayer a las dos acompañantes, y a un tercer posible cómplice.
Nueva York y Washington activan seguridad
La policía de Nueva York duplicó la cantidad de patrullas en el sistema del Metro y envió una batería de autos policiales a centros de transporte, en precaución tras los ataques con bombas al Metro de Moscú.
En Washington, la policía envió perros rastreadores de bombas a estaciones escogidas al azar y a plazas de trenes, como parte de un reforzamiento de las medidas de seguridad asociada a los ataques de dos mujeres kamikazes.
La flota de “vehículos de respuesta crítica” de Nueva York fue enviada a centros de tránsito masivo como el Terminal Grand Central y la Estación Penn, dijo Paul Browne, portavoz de policía. Oficiales que patrullaban las vías subterráneas durante la noche fueron mantenidos en servicio mientras el relevo matutino se reportaba, con lo que prácticamente se duplicó el número de oficiales.
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