En una entrevista, el fundador y editor del sitio WikiLeaks denuncia una campaña de acoso y critica a la prensa de EE.UU.
LONDRES.- Julian Assange vive en un universo de secretos. Secretos eran los 400.000 documentos sobre la guerra de Irak que difundió anteayer. Secretos son los 30 envíos que cada día recibe el portal que dirige, inagotable fuente de denuncia a escala mundial. Secretas procuran ser sus comunicaciones, sus entradas y salidas. Su organización, WikiLeaks, también vive envuelta en el más absoluto de los secretos.
Secreta por tanto tenía que ser la cita con el hombre que se ha convertido en un serio enemigo del todopoderoso Pentágono. El hombre que fundó en diciembre de 2006 un sitio web también es la pesadilla de grandes bancos, multinacionales y gobiernos. Unas 120 personas, pertenecientes al llamado "gabinete de crisis WikiLeaks", trabajan en los alrededores del Pentágono para contrarrestar los efectos de las filtraciones del combativo portal.
-Leí un titular que ponía en su boca la frase: "Soy un periodista activista". ¿Lo es?
-Yo soy un editor. Y como editor, también dirijo, y soy vocero de mi, nuestra, publicación. He estado involucrado en periodismo desde que tenía 25 años, cuando cofirmé el libro Underground , y, actualmente, dado el estado de impotencia del periodismo, me parecería ofensivo que me llamaran periodista.
-¿Por qué?
-Por los abusos del periodismo.
-¿A qué abusos se refiere?
-El mayor abuso es la guerra contada por los periodistas. Periodistas que participan en la creación de guerras a través de su falta de cuestionamiento, su falta de integridad y su cobarde peloteo a las fuentes gubernamentales.
Assange y los suyos publicaron anteayer la mayor filtración de documentos secretos en la historia del ejército norteamericano: los Papeles de Irak. En abril difundieron los Papeles de Afganistán, 76.000 documentos secretos que destaparon la muerte de cerca de 20.000 afganos. Denunciaron ejecuciones extrajudiciales en Kenya y se llevaron por ello un premio de Amnistía Internacional. También pusieron en jaque al mayor banco islandés, The New Kaupthing, al destapar un documento oficial que dejaba en evidencia la irresponsable gestión de sus administradores, que meses después sufrieron penas de cárcel. Y sacaron a la luz manuales secretos de la Iglesia de la Cientología.
Secretos. También está llena de secretos la investigación de la que está siendo objeto Assange, de 39 años. Dos jóvenes lo denunciaron en una misma semana de fines de agosto por acoso sexual en Suecia. El lunes pasado, se anunció que el país escandinavo, al que había acudido a protegerse dado su régimen garantista para la prensa, le ha denegado el permiso de residencia. Assange nos dice que está pensando instalarse en algún sitio de América del Sur.
Cita establecida, hora concreta, lugar secreto. El lunes pasado, en Londres, a las 12. Así de escueta es la información del mensaje que nos entra en el móvil y que anuncia que, por fin, podremos hablar con el hombre que ha estado y está en el ojo del huracán informativo.
-Su actividad en WikiLeaks le está granjeando una gran colección de enemigos. ¿Cuál es en estos momentos su peor enemigo?
-En términos de recursos dedicados a seguir nuestros pasos, el ejército de Estados Unidos. Dicho lo cual, tenemos buenos amigos allí, hay gente buena. Y también mala. Hay un equipo de 120 personas en el llamado WikiL eaks War Room -equipo de crisis/de combate- dedicado 24 horas al día a ocuparse de nosotros. Están dirigidos por un señor nombrado por [Robert] Gates [secretario de Defensa norteamericano]. Son, predominantemente, miembros de la agencia de inteligencia militar y del FBI.
-¿Qué otros enemigos tiene?
-Los bancos. La mayor parte de los ataques legales que hemos recibido son de bancos. También los ha habido procedentes de China poco después de liberar material crítico sobre determinadas actividades del gobierno. También hemos recibido ataques de cultos, de sectas abusivas, como la Iglesia de la Cientología, los mormones...
-Esos enemigos que tiene ¿hacen que tema usted por su vida?
-Alguna gente, como Daniel Ellsberg -el hombre que desveló en 1971 los Papeles del Pentágono sobre la guerra de Vietnam-, ha sostenido que mi vida está en peligro.
-¿Y usted qué cree?
-Creo que hay un pequeño, pero no insignificante, riesgo, sí. Lo que hay es un peligro significativo de procesamiento y de detención. Están intentando crear un caso de espionaje contra mí y otros miembros de la organización, y contra gente que ha tenido relación con nosotros en Estados Unidos.
El adalid del periodismo combativo continúa relatando la persecución de la que ha sido objeto la organización que dirige. Un miembro de WikiLeaks sufrió una emboscada en un estacionamiento de Luxemburgo, en 2008. Dos abogados defensores de los derechos humanos que trabajaron con WikiLeaks en Kenya fueron asesinados en marzo de 2009.
Cuenta Assange que la organización ha recibido 100 "ataques legales". Dos de cada cinco demandas terminaron en juicio. Asegura que salieron victoriosos en todos los casos. También destaca los ataques que le han dirigido los medios de comunicación. Se queja de que los medios replican las mentiras que otros deslizan y se retroalimentan ad infinítum manchando su biografía. "Ha habido 15 ataques contra nosotros completamente fabricados de arriba para abajo -asevera- vendidos como filtraciones de gente de dentro de la organización. Se ha llegado a decir que llevo una vida de lujo en Sudáfrica. Nunca he estado en Sudáfrica."
-¿Piensa usted que las acusaciones que enfrenta en Suecia por acoso sexual están conectadas con todo esto?
-No lo sabemos. Prefiero hablar de esto en otro momento, no puedo hablar en mi nombre y en nombre de la organización al mismo tiempo.
Assange es un hombre acosado. Tiene que protegerse. El pasado 27 de septiembre, su equipaje fue requisado cuando abandonaba Estocolmo. La hipótesis de que alguien esté intentando vigilar sus pasos o interferir en sus comunicaciones no resulta descabellada. Todas las comunicaciones que realiza por teléfono o e-mail están encriptadas: él es un excelente criptógrafo, tiene un pasado de hacker. Los protocolos de seguridad que debe seguir son estrictos. En algunos lugares, confiesa, debe moverse con guardaespaldas.
Nunca se sabe dónde está, dónde dormirá esta noche o en qué anda. Su vida nada en los secretos. Se mueve rápido y procura no dejar rastro.
El portal de WikiLeaks se reabrió el viernes tras una larga temporada. En la página alegaban motivos de mantenimiento para justificar el cierre. Assange explica que se debió a la gran reorganización en la que están inmersos. Un periodista que trabajó estrechamente con él sostiene que el portal estuvo cerrado por la rebelión interna que sufrió la organización en los últimos meses. Afirma que los métodos autoritarios de Assange han disuadido a varios integrantes del equipo. Pero Assange lo niega, con el mismo énfasis con el que responde a las acusaciones de que sus revelaciones ponen en riesgo las vidas de muchas personas.
-Su decisión de publicar los nombres de informantes afganos levantó polvareda. Bill Keller, director de The New York Times , dijo: « Su decisión tuvo consecuencias potenciales que, creo, cualquiera, sea su visión de la guerra, encontraría lamentables». ¿Considera que cometió algún error, que puso en peligro alguna vida?
-Al publicar 76.000 de 90.000 documentos clasificados, hay muchas cosas de las que hablar. Esos documentos revelaron la hora, la fecha, el lugar y las circunstancias de la muerte de cerca de 20.000 personas. Y punto. En los dos meses desde que el material fue publicado, hasta donde se puede determinar hoy, ningún civil afgano ha sido dañado por la publicación. Eso no quita que estos sean temas muy serios, y, por ese motivo, retiramos uno de cada cinco documentos. El hecho de que Keller tenga necesidad de dedicar su tiempo a hablar de este tema es un reflejo de la dificultad que tiene The New York Times para criticar al ejército de los Estados Unidos.
EL PAIS, SL
DIXIT "El Pentágono tiene un equipo de 120 personas dedicado 24 horas al día a ocuparse de nosotros [WikiLeaks]"
"Ha habido 15 ataques contra nosotros completamente fabricados de arriba para abajo "
"Actualmente, dado el estado de impotencia del periodismo, me parecería ofensivo que me llamaran periodista"
18:19
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(Foto: AVN)
En este lugar de la frontera, “donde va y viene la muerte sin que nadie le pida visa o pasaporte” como escribe el escritor tamaulipeco afincado en Monterrey Xavier Araiza, y en donde nadie -o más bien, casi nadie- tendría redaños suficientes para ser jefe de policía, es donde tomó protesta este miércoles Marisol Valles.
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