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Desde que Jose Mourinho aterrizara en el Real Madrid se han disputado siete Clásicos de alto voltaje de los cuáles seis terminaron con fuertes polémicas. El único choque que no despertó críticas arbitrales fue el triunfo blanco en la final de la Copa del Rey en Valencia.
Los duelos entre Barcelona y Real Madrid se han convertido en choques de mucha tensión en los últimos tiempos y prácticamente todos terminan levantando las críticas de unos aficionados u otros por decisiones arbitrales o actitudes del rival. El único Clásico de la era Mourinho que no terminó con polémica fue su única victoria y el que permitió a los blancos alzarse con la Copa del Rey.
La historia comenzó el 30 de noviembre de 2010 con el famoso partido de la 'manita'. Ese día, el Barcelona fue incontestablemente superior sobre el campo pero el Real Madrid se quejó amargamente de un posible penalti de Valdés sobre Cristiano que, con 2-0 en el marcador, hubiera podido cambiar el sino del encuentro.
Además, el choque acabó con una tángana importante tras una dura patada de Sergio Ramos a Messi y sus posteriores manotazos a Puyol y Xavi. Por su parte, los madridistas se sintieron ofendidos por la 'manita' al viento de Gerard Piqué en los momentos finales del partido por considerarlo una falta de respeto al rival.
Empieza la maratón de Clásicos
Avanzando en el tiempo, se llega al encuentro del Santiago Bernabéu en Liga que servía como aperitivo a la maratón de Clásicos del mes de abril. El partido concluyó con empate a uno en un partido en el que Mourinho se quejó por terminar con diez tras la expulsión de Raúl Albiol y los azulgranas de un posible penalti de Casillas a David Villa. Además, la afición local no entendió un pelotazo de Leo Messi a la grada cuando el partido estaba parado.
Pero si hubo un partido que levantó polvareda fue la ida de semifinales de Champions, el del famoso "¿por qué?" de Mourinho. Con 0-0 en el marcador, el árbitro expulsó de manera rigurosa al madridista Pepe, algo que indignó y mucho a los aficionados del Bernabéu. Tras ello, Messi y el Barcelona pusieron la directa y sentenciaron el pase a la final con un contundente 0-2.
Hubo más madera en el choque de vuelta, ya que pese al 0-2 de la ida, el Real Madrid saltó al Camp Nou convencido de sus posibilidades. Ese día, los blancos se quejaron de un arbitraje desfavorable y apuntan a una jugada clave, un gol anulado a Higuaín de manera dudosa tras una falta señalada a Cristiano Ronaldo.
Polémica también en la Supercopa
El cambio de temporada no ha supuesto un cambio en el desarrollo polémico de los Clásicos. En la ida, tanto madridistas como barcelonistas reclamaron un penalti no señalado en los minutos finales, uno de Valdés a Cristiano y otro de Marcelo a Pedro. En el partido de vuelta, todos recordarán el dedo de Mourinho en el ojo de Tito Vilanova, la agresión de Villa a Özil o la fuerte entrada de Marcelo a Cesc. Parece imposible que un Clásico termine sin polémica.
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