Si no puedes contra ellos, únete. Ese es el lema que parece haber adoptado Microsoft en lo referente a Kinect, los hackers y los usos alternativos de su tecnología. O en este caso, si los usuarios ya han empezado a trastear con tu último producto estrella, lanza un paquete de software para aprovechar la inercia.
Microsoft lanzará esta primavera para Windows 7 un kit para desarrolladores que les permitirá crear software a medida para hacer lo que se les ocurra. En principio, ese software tendrá que ser sin fines comerciales, aunque la empresa dará detalles más adelante para los que quieran lanzar productos comerciales.
A diferencia de Sony, que intenta banear de por vida a los usuarios que han pirateado la PlayStation 3, Microsoft ha cambiado su postura sobre esta cuestión. Al saber que se habían publicado los drivers del dispositivo, empezó amenazando a los usuarios con persecuciones legales. Pero ante la oleada de usos alternativos (desde marionetas virtuales hasta control por movimiento del World of Warcraft), la empresa dijo sentirse "inspirada".
Abrir el SDK a la comunidad es un paso más en esta dirección, y además podría dar paso a toda una revolución, inciando una fiebre de aplicaciones comparable a las que viven los teléfonos móviles o las redes sociales, donde el único límite es la imaginación de los programadores.
De paso, Microsoft permite así que la gente adapte su máquina para otros usos, como por ejemplo controlar el ordenador o la televisión con gestos, dos proyectos en los que está inmersa PrimeSense, la firma israelí que diseñó Kinect y que tras trabajar con Microsoft, se ha aliado con Asus para lanzar su propio dispositivo. Pero si los usuarios ya tienen Kinect, y pueden conseguir software que lo adapte para otros usos, el producto de Asus podría perder atractivo.
Kinect ha sido sin duda la estrella de las Navidades en lo que a hardware de videojuegos se refiere, cosechando un jugoso éxito de ventas tanto del dispositivo como de la consola Xbobx 360, que contrasta con las cifras globales del sector, gracias a un sistema que permite jugar sin necesidad de mandos de ninguna clase, sólo con ponerse frente a la máquina y moverse.
La anécdota en este paso es que todo este proceso, de la empresa que "no aprueba" el pirateo de su producto a la que lo favorece, es en parte gracias a un ex empleado de Microsoft. Johnny Lee ha confesado ahora que como no consiguió convencer a Microsoft de que hiciera algo parecido en las primeras fases de desarrollo, propuso a la comunidad AdaFruit (y financió) el concurso para hackear Kinect que dio pie a toda la oleada de aplicaciones alternativas. Y al final, Microsoft ha sabido aprovechar la oportunidad.