Las sospechas de corrupción en Lacoste, Cacharel, Paula y Penguin son fuertes y avaladas por una investigación de la casa matriz de Francia. La noticia ya provocó la salida de su CEO, Rodolfo "Rudy" Gotlib. Qué hay detrás del escándalo.
Cuando en agosto de 2003 el empresario Juan Navarro le
compró la marca Cacharel para unirla a su portfolio textil debilitado
post crisis del 2001 a Rodolfo "Rudy" Gotlib, además ganó un amigo.
Rudy
y su mujer Nora eran propietarios de una licencia de ropa francesa como
Cacharel y recibían a la prensa en el living de su casa y trabajaban
fuerte por instalar y modernizar una marca ícono de estilo clásico en la
indumentaria femenina.
Navarro vio esa calidad
distintiva en su trabajo y no dudó ese mismo año en nombrarlo a Gotlib
CEO de las tres marcas que a partir del 2004 se fueron fortaleciendo
hasta formar un pool de indumentaria de lujo, con fuerte exposición
publicitaria y mediática y siempre rondando su inserción en la alta
sociedad argentina, cada una con su target y su concepto. El grupo
Vesuvio primero lo integraron las marcas Lacoste, Cacharel, Paula y
más tarde se anexó a la inglesa Penguin.
Pero hoy la noticia no solo son los fuertes rumores de corrupción
que envuelven a las cuatro marcas sino también que una amistad que supo
ser sólida, se terminó para siempre: Navarro despidió a Gotlib al
frente de las marcas.
Los detalles
Las
cuatro firmas pertenecen el 50% al Exxel Group cuyo propietario es el
empresario Juan Navarro Castex y el otro 50% al holding Lacoste de
Francia.
En el sector de la moda e indumentaria hace
tiempo y casi de manera cíclica que sobre las firmas se especula que la
salud financiera no es la mejor.
Como contracara - ya
ocurrió en los albores del 2001- las marcas redoblan sus presupuestos
en marketing y comunicación y se exhiben vigorosas desde las
publicidades en las principales revistas de moda, las gigantografías en
la calle y eventos de marketing que convocan a famosos que se van con su
bolsita bajo el brazo.
De hecho Juan Navarro tiene la
licencia de Lacoste para Brasil, lo que por la dimensión de ese país
engrosó considerablemente su facturación.
Infobae conversó con una alta fuente del grupo que pidió no ser revelada y que expresó:
"esta vez el tema es complicado porque se trata de (Rodolfo) Rudy
Gotlib. Quedó muy expuesto y esto daña la imagen de las marcas. Es
cierto que el grupo siempre invirtió en marketing y publicidad, pero eso
es parte del target premium de las mismas. La dupla era buena: Juan un
empresario con mucha visión y arriesgado y Rudy alguien que conocía el
sector".
Lo que dice la investigación que lideró y
fue solicitada por Lacoste Francia es que se sospecha de haber
constatado más de 20 casos de corrupción. Y de alguna manera deja al
descubierto "una especie de empresa paralela de indumentaria" dentro
del propio grupo; que proveía a uno de los principales competidores:
Polo Ralph Lauren.
La vinculación con celebrities y caras famosos fue otro "claim" clásico y fundamental de estas cuatro marcas líderes de indumentaria del Grupo Exxel.
Las
celebrities y famosos juegan el doble rol de usar la ropa -que en su
mayoría reciben gratis- y muchos se convierten en embajadores de las
marcas.
Cuatro targets, cuatro marcas
El caso de la marca inglesa Penguin fue
muy emblemático porque se trata de la reinstalación de una marca que
fue muy fuerte en el país en los años 80, con bases del siglo XXI. El
primer embajador de la marca fue el tenista "Gato" Gaudio y luego siguió
Andy Kuznetsoff posando en las gigantografías de la ciudad.
Con Cacharel la
situación de la marca fue más tranquila y previsible dentro de la
lógica de la industria de la moda. Una marca de estilo hiperclásico que
necesita de las vidrieras de lujo, los desfiles y la seguidilla de
clientas colección tras colección para crecer.
El
sector de la moda sabe del estilo del matrimonio Gotlib para acercar lo
que era "su marca" Cacharel a los medios. Ellos mismos se encargaban de
informar las novedades de las colecciones y contaban las vicisitudes del
negocio. Previo al ingreso de Rudy al holding Exxel y muy al estilo de
cómo las marcas de moda se relacionaban con los medios en los noventa,
de manera directa y frontal.
Con la
aspiracional Lacoste el foco del negocio se expande: además de proveer
al mercado local, se asocia con un 50% de estas etiquetas exclusivas
para su fabricación y venta no solo en la Argentina sino también en
Brasil, generando una facturación millonaria.
Navarro
tiene además la concesión de Lacoste en Chile y Uruguay. Una de las
acusaciones más fuertes es que Gotlib proveía
prendas clandestinamente utilizando la infraestrutura operativa de la
compañía. Y se cree de acuerdo a la investigación que son prendas de
Ralph Lauren.
Cuando Navarro reunió avales de la
investigación, aunque aún sigue en instancia de presunción, la cabeza
del Exxel Group intervino las empresas y echó a los Gotlib.
Compañeros de ruta
Paula
Cahen D´Anvers, ideóloga y creadora de la marca Paula, no necesitó
rodearse de la alta sociedad local, ella es parte de la misma. La
instalación y permanencia de la marca mucho tiene que ver con ella.
Dueña de un estilo acorde a los tiempos modernos, la marca trascendió a
Paula y Paula trascendió a la marca. Primero pareja y compinche de Alan
Faena y luego casada con Federico Álvarez Castillo, ellos conformaron
20 años atrás un trío transgresor y creativo que revolucionó las marcas
de indumentaria de autor en la Argentina. Juntos pusieron a rodar
marcas como Via Vai, Mango y Diesel, entre otras.
El
Exxel Group es el propietario de las licencias de las marcas
mencionadas. Juan Navarro, como titular del fondo de inversión,
y Rodolfo "Rudy" Gotlib como CEO al frente de todas sus marcas de ropa;
Joaquín Gotlib, el hijo de Rudy quedó a cargo del manejo de la marca
más prometedora: Penguin.
De este organigrama en
apariencia ideal, hoy Gotlib está afuera de la companía y la
investigación roza de manera muy comprometida a su hermano (Federico
Gotlib) y a Joaquín. Las cuatro empresas, según revelan los últimos
balances, facturaron u$s 270 millones y demostraron utilidades por u$s
35 millones.
Tal vez de allí la mayor desazón de
Navarro: después de todos los vaivenes y descalabros financieros del
2001 pensó que había encontrado a su socio ideal. Esa amistad hoy está
totalmente terminada. Lo último había sido la expansión, sobre todo en
la provincia de San Juan.
Indumentaria made in argentina
Gotlib
fue la cara visible de la nueva planta que se construyó en San Juan
para producir las remeras Lacoste en la Argentina. Allí proyectó dar
empleo a 200 personas que se sumarán a las 1200 que ya tiene Lacoste en
la Argentina. De esta forma se "va a sustituir importaciones y exportar
remeras" especificó Rudy en declaraciones a la prensa en el contexto de
la inauguración.
Alrededor de esta posibilidad de
producir made in argentina merodea la investigación que sugiere una
especie de "empresa paralela", conducida por Gotlib, para proveer a
marcas y países vecinos por fuera del Exxel.
La
expansión del Grupo Vesuvio que ampara a las cuatro marcas era un sueño
compartido entre Navarro y Gotlib. Ambos creían y estaban convencidos
que su socio europeo distinguía a la Argentina como casa matriz del
resto de los países de América del Sur, siendo el sexto país de consumo
en el mundo de prendas Lacoste y que el mercado brasileño es clave en la
estrategia de la empresa. Veremos ahora qué determina la justicia.
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